Sábado 15 de agosto
Estoy en la calle, junto a mis amigos y creo que es el momento de hacer la llamada. Bueno según mi teléfono celular son las 12:03AM, he estado tomando algunos tragos, no estoy ebria pero tengo el valor para decir lo que siento. Tengo mucho más valor que estando sobria.
Juro por Dios que me siento imposibilitada de callar.
Le pedí a un amigo su teléfono celular, mis amigas no querían prestarme el suyo y de verdad no quería llamar desde mi teléfono.
Marqué su número y miré fijamente la pantalla, tragué grueso y presioné para llamar, mi temblorosa mano se acercó a mi oreja derecha.
Dios mío, estoy tan nerviosa...
Escuché cómo repicaba el teléfono, no atendió y decidí intentar de nuevo. Mi corazón se iba a salir con cada repique del teléfono.
De pronto...
Atendió...
"Buenas noches"
Dios ni se que decir
"hola"
Aún no puedo hablar, no soy capaz...
"Si ni hablan voy a colgar"
Tengo que hacerlo...
Hola Andrés
Es Marian.
Te estoy llamando desde el teléfono de un amigo, no cuelgues.
Quiero que por favor me escuches y no digas ni una sola palabra.
El sólo respondió "está bien" aunque su voz sonaba totalmente extraña.
Bueno Andrés, se que esto es muy extraño, nos conocimos por una red social... Ni siquiera nos hemos visto frente a frente. Sólo por twitter, facebook, instagram y videollamadas.
Pero quiero decirte que me gustas mucho, me atrevo a decir que estoy enamorada. Se que ya lo sabes, mis indirectas hacia ti eran tan obvias en las redes sociales. Se que tu las captabas, pero ignorabas. Porque simplemente yo no te gusto.
Recuerdo ver cómo coqueteabas con otras chicas en las redes sociales. No sabes cómo me dolía no ser una de ellas. Pero es normal, no podemos gustarle a todo el mundo.
Además físicamente es imposible que yo pueda gustarle a alguien. No me gusto ni a mi misma.
Antes de que digas algo, permiteme seguir hablando, necesito soltar todas estas cosas que llevo dentro.
Me gustaría gustarte.
Me encantaría que pensaras en mi tanto cómo yo pienso en ti.
No sabes cuanto he deseado ser el motivo de tus sonrisas.
Que se te olvide la distancia, se te olvide que me ves cómo una amiga y te fijes en mi.
Pero simplemente no va a pasar.
No estamos destinados a pasar.
No puedo inyectarte amor o enviarte las flechas de cupido por correo. Simplemente no te gusto y ya.
Tu tampoco me vas a gustar para siempre.
Sólo quiero decirte que no quiero tratarte más. Me gustas tanto que me estoy haciendo daño a mi misma. Es algo que me lastima poco a poco. Y por eso prefiero despedirme.
Perdón por decirte todas estas cosas, pero definitivamente no podía callarlo más.
Te quiero mucho, más de lo que imaginas. Me encantó hablarte todos estos meses, eres increíble.
Colgué la llamada y le pedí a mi amigo que apagara su teléfono.
Yo bloquee al número de Andrés de mi celular, también de todas mis redes sociales.
Creo que esto fue un adiós inesperado, pero sentimentalmente lo necesitaba.
Nunca supe más de el.
Al menos tuve el valor de realizar la llamada.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario