Aquí estoy...
Hoy sábado 04 de septiembre de 1954
Me senté frente a la ventana, tomé una pluma y comencé a escribir esta carta.
"Ya llevo puesto mi vestido de novia, mi hermana justo acaba de terminar el tocado que llevo puesto junto al velo, le pedí que me dejara sola para poder desahogar todo lo que siento en esta hoja.
Hola Manuel, creo que pensé sentirme diferente el día de mi boda, pero gracias a ti han pasado muchísimas cosas esta última semana. Creo que me hiciste revivir ese gran amor que vivimos hace tanto tiempo...
Justo cuando te pedía que no me dejaras ir.
Que triste que ambos nos hayamos separado y que cuando volvimos a encontrarnos ya era demasiado tarde.
Te amo como a nadie, y me duele saber que nunca dejé de sentir amor por ti, nunca he dejado de amarte.
Pero aún así debo casarme.
Todo está listo y arrepentirme podría acabar con mi vida, mi padre probablemente moriría. Así que decido casarme para cumplir lo que el quiere, el sabe que tendré un buen futuro.
Supongo que algún día lograré ser feliz.
Recuerdo cuando éramos niños... Ni tu ni yo sabíamos lo que hacíamos, ni nos dábamos cuenta de cuanto nos amábamos, pero lo hacíamos.
Marcaste mi vida desde que entraste en ella. Eres definitivamente lo mejor que me ha pasado.
Fue tan hermoso crecer amándote. Pero el destino nos separó y nos encontramos demasiado tarde.
Han pasado dos años desde que nos habíamos separado, yo creí superarte... Lamentablemente me obligue a mi misma a creer que ya te había olvidado.
Y creí que mi vida ya estaba hecha, continúe mi vida sin ti.
Pero ya pasó, y no podemos hacer nada para retroceder al pasado. Los errores grandes nos persiguen por toda la vida... Y yo estoy a punto de cumplir uno, uno en el que voy a estar sin ti.
Me hizo tan feliz encontrarte esta semana. Desde el primer momento en que te ví, cambiaste mi mundo por completo.
No sabes cuánto quisiera decirte que no me dejes ir, cómo solía hacerlo en los viejos tiempos.
Todo ha pasado tan rápido, y hoy debía ser un gran día...
Hoy debía estar feliz.
Gracias por el paseo en bicicleta, por la caminata en el campo, por los besos escondidos, por las pasiones revividas.
Gracias por hacerme sentir viva con cada mirada, con cada respiración y con cada sonrisa.
Eres tan especial.
Verte de nuevo fue como enamorarme de nuevo, revivir un amor que fue mi primera vez.
Gracias por ser parte de mi, gracias por recordarme que aún vives en mi... Y te aseguro que vas a seguir viviendo aquí dentro por el resto de mis días.
Tu debiste ser el hombre de mi vida, debiste ser quien me abrazara cada noche, quien me despertase con besos.
Deberías ser el hombre que hoy se esté casando conmigo.
Pero no lo eres, y me duele tanto que no seas el.
Me duele tanto que no hayas venido a salvarme...
Aunque sabía que era imposible, me he mantenido frente a esta maldita ventana con la esperanza de que vinieras a rescatarme. Pero no pasó.
Están tocando la puerta y ya debo irme, lo siento mucho, de verdad.
Pero tengo que ir a casarme, con el no hombre de mi vida...
No puedo sentirme diferente, no pudiste salvarme.
Perdón por no poder escapar sola, pero no soy tan fuerte, tampoco me siento capaz.
Gracias por entrar en mi vida.
Un beso de parte de la mujer que quiso ser el amor de tu vida, pero nos encontramos tarde.
Christina. "
Doblé la carta y conteniendo las lágrimas bajé al salón donde me estaba esperando mi hermana, le pedí que te entregara la carta, y fui a buscar a mi padre, lamentablemente voy a casarme.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario