Vi el reloj al fondo de la cafetería, son las doce en punto.
Sentada frente a un asiento vacío y un café que alguna vez estuvo caliente, sintiéndome la mujer más estúpida del mundo por haber creído en que estarías aquí.
Mientras comenzaban a brotar lágrimas por mis ojos, tomé mi laptop y comencé a redactarte un largo mensaje.
"Hola.
Supongo que si decidiste casarte con ella.
Te juro no se porque pensé que en serio la dejarías y vendrías conmigo. Era obvio que ya no me amabas a mi.
Tengo tantos flashes en mi mente que me traen recuerdos de nuestra historia.
Te amé y te amo tanto.
Recuerdo que por las noches solíamos contar las estrellas y dedicarnos las más bonitas.
Recuerdo me dijiste que mis ojos tenían más brillo que cualquier estrella.
Recuerdo haberte dicho que el brillo en mis ojos sólo existía cuando estabas conmigo. Y es cierto... Ya no hay brillo en mis ojos ni dulzura en mi corazón.
Siempre fui un café amargo y tu siempre fuiste una gran cucharada de azúcar.
Recuerdo también solíamos ir a tomar café y a contar cuantos carros rojos pasaban por esta misma cafetería.
Fuimos esa especie de amor que aunque dura poquito, es tan concentrado, justo como un buen café.
Justo como este buen café caliente que traje para ti, exactamente cómo lo habíamos planeado.
También traje mi maleta con toda mi ropa y mis sueños, las llaves de mi automóvil para irnos a un lugar nuevo juntos. Borrando aquello que nos separó hace algún tiempo.
Te he extrañado cada día con mayor intensidad. Una intensidad que crecía y me mataba por dentro, y sólo tú podías revivirme.
Sabes que nunca quise dejarte, por eso volví para ti.
Ahora después de seis horas sentada en esta maldita cafetería logro darme cuenta que aunque yo volví para ti, tu ya no estabas para mi.
Tu amor se enfrió justo como el café que está frente a mi, ha perdido su vapor y su fuerza. El azucar está a su lado aunque tu nunca más lo estarás del mío.
Yo si decido irme. Decido irme porque no quiero seguir esperando y ver como nunca llegas.
Me voy, me voy a alguna parte donde nunca más vuelvas a verme, ni puedas saber de mi.
Aunque de cualquier manera no quieras volver a hacerlo.
Este café frente a mi, quedará frío y amargo, pero yo no.
Yo si decido ir en busca de alguien que complemente mi amargo sabor.
Adiós.
Creí que serías el amor de mi vida."
Envié el correo electrónico, guardé mi laptop y me fui a toda prisa de ese lugar.
Me monté en mi carro y aceleré tan fuerte en busca de empezar una nueva vida estando incompleta, sabiendo que así me quedaría.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario