La esperanza seguía viva, mi cigarro a medio fumar y mis labios esperaban sus besos.
Sabía que sólo me querías como tu amigo, yo seguía intentando enamorarte.
Enamorarte me haría sentir feliz.
Algunas noches solía deambular por las plazas en las que nos vimos, en las que nos besamos y en las que me sentí feliz.
Se que tú dijiste un día que en esos lugares no sentías nada por mi, pero yo si sentí.
Fuiste un patán, fuiste un imbécil.
Fuiste el prototipo de homosexual que todos comentan. Fuiste veneno en mi piel y dolor en mi alma.
¿Cómo es posible que pueda seguir amándote de esta manera?
No entiendo como eres mi aire, mi respiro y mi asfixia al mismo tiempo, eres mi risa y eres mi llanto.
Eres un maldito ser que nunca debió existir.
O quizás eres lo mejor que he conocido
Hoy fuí a aquella plaza en la que dijiste que sólo llevarías a alguien que amaras, a esa plaza a la que fuimos juntos.
Hoy te vi allí, con él.
Sentí como mi corazon se partía en mil pedazos, y de pronto...
Hubo algo que murió dentro de mi.
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