viernes, 22 de enero de 2016

El y yo

El y yo fuimos ese tipo de relaciones incumplidas que quizás no sean relaciones amorosas ni amistosas.

Sólo de esas relaciones que no tienen una definición base, de esas que sólo pueden definirse cómo un nosotros confuso.

Es tan clara cómo el agua y tan difícil de leer cómo un lenguaje desconocido.

No fuimos amigos, no fuimos pareja. Fuimos un proceso interrumpido de un amor que no pudo nacer.

Sólo porque el tenía miedo de quedar destruido, aunque los dos estábamos en ruinas.

Sólo nuestras cenizas estaban aprendiendo a confiar y a apreciar los sentimientos de cuerpos ajenos que empezaban a querer desde cero...

O por lo menos de mi parte así lo fue.

El ha detenido el proceso de conocerlo, de conocerme, de conocernos.

Fue como arrancar un bello capullo de rosa antes de verlo florecer...

Sólo por querer evitar que la flor quedase marchita.

El era un hombre con tanto miedo, yo era alguien que quería darle tanta seguridad.

Ambos éramos seres tan fríos, yo estaba dispuesto a crear calor.

A crear un lazo donde yo pudiese ser la pega para curar sus heridas.

Estaba mentalizandome a darle las piezas rotas de mi corazón para sólo completar el suyo.

Definitivamente no valió la pena.

Decidió partir y seguir adelante, decidió finalizar al seco todo aquello que comenzaba a sentir.

Decidió dejar mis labios secos y mi corazón desolado.

Decidió darme un adiós sin retroceder.

Y definitivamente se ha ido.

He hecho un testeo a mis pensamientos, a mis motivos obligatorios para aceptar su partida e indudablemente entrar a una verdad que se siente cómo las peores maneras de defraudarse... El y yo no existimos... Él se ha ido.

Pero que el se haya ido ha sido lo peor, la verdad es que lo peor es que si el decide volver, yo lo estaré esperando

Esperando con una seguridad casi absoluta de que no volverá.

Esperando sabiendo que el es feliz estando libre.

Esperando con la seguridad de saber que el nunca esperará por mi.

El y yo nunca existimos.

El y yo... Sólo seremos un "El" libre, y un" Yo" esperando por "El".

Aunque siendo sinceros... No sé por cuanto tiempo.

Espero no sea tanto...

Así sea la imposible idea de que el vuelva...

O que yo decida irme.

Nunca fuimos El y yo.

miércoles, 20 de enero de 2016

¿Intentar?

Intentaste continuar...

Intentaste seguir a mi lado, aún después de ser sincero conmigo y decirme que no veías un futuro en esto.

Intentaste sentirte vivo y avivar una llama que jamás ha estado viva en ti.

Sigo contigo esforzándome por darte esa visión que te hace falta, ese suspiro y sentimiento de amor que necesitas sentir para estar a gusto.

Intenté llegar a tu corazón.

He hecho hasta lo imposible por enamorarte, hasta tratar de introducirte todo aquello que siento por ti. Todo aquello bonito.

Intenté llenar de amor y calentar a ese corazón de tempano de hielo.

Pero tratando de llenarte a ti... Me estoy vaciando a mi. Vaciando porque te estoy dando todo el amor posible.

Todo el amor que quedaba en mí, luego de unos malos amores...

Intenté ser lo mejor y darlo todo, incluso te dí más de lo que podía dar nunca.

Pero resultaste ser otro más de la lista de agregados al desvalorizar sentimientos.

¿Intentar valió la pena?

Eres uno más en la lista de quienes habían roto mi corazón. Pero esta vez fuiste tú quien enamoró mi corazón m, lo rompió y se llevó las piezas.

Intentar es inútil.

Partiste pero tu cuerpo se quedó a mi lado. No quedó rastro vivo de aquel hombre que me hizo llevar su alma en mi ser, aquel hombre que me hizo sentir más allá de la piel.

Intentar no es finjir.

Ya no sientes nada por mi, y sigues a mi lado sólo por compañía.

Yo no quiero intentar más.

No quiero obligarte a que estés aquí.

Y aunque una parte de mi está triste y vacía, la otra parte me dice  que eso me pasa por entregarlo todo y confiar...

Confiar en el amor.... Una maldita arma de doble filo.

En cual debo creer?

En quien debo confiar?

O quizás deba dejarte ir, aunque eso implique quedarme sin sentimientos.

Pero...

¿Intentar?

viernes, 15 de enero de 2016

Espejismo color azul.

Te vi...

Te sentí

Te besé.

Nos besamos.

Fuiste una semana que me hizo sentir que estaba vivo. Que entre tanta parte muerta en mí, había una parte que seguía viva.

Fuiste las sonrisas que no había sentido en años, fuiste un amor acelerado y una pasión increíblemente desmedida, sin tomar riesgo de aquel grave error.

No somos nada, pero se sintió como un todo.

Fuimos una locura de pasión, una ternura infantil, una complicidad acelerada, fuimos un sueño casi irreal.

Fuiste un espejismo, un espejismo color azul.

Azul porque eres masculino, por tu cabello y por tu sentir.

Sentir que quizás sea frío como témpano de hielo, yo lo sentí cómo el más grande calor.

Espejismo porque creí tenerte y sólo fue imaginario.

No sé.

No tengo certeza si te tengo.

No tengo seguridad de que quieras estar a mi lado.

Es mejor pensar que eres un espejismo y te has ido de mi vida, quizás vueltas y luego te vayas.

O quizas vueltas y te quedes para siempre.

Quizás no vuelvas nunca...

En este momento verdaderamente no se si es mejor no pensar.

Sólo quiero apartarme y que te des cuenta que estás tomando una buena decisión al apartarte de mi.

No soy bueno ni para mi mismo, quizás por eso todos suelen dejarme.

No te diré nada, de igual manera tu corazón ya ha partido.

Tu corazón jamás estuvo junto a mi.

No quiero tu lástima.

No quiero que pienses que soy dulce y bueno.

No quiero que pienses en mi como si fuese alguien a quien no quieres hacerle daño.

Ni quiero tampoco que pienses mal de mi.

No se ni que quiero que pienses.

Sólo quiero tener alguna certeza de si estarás o si ya te fuiste.

Mi pequeño espejismo color azul.

Hombre de noches pasajeras.

A mis 22 años podía decir que siempre fui una mujer inteligente.

Siempre fui una mujer orientada en todo.
Siempre mantuve firmemente que mi dignidad debía ser un punto primordial en mi vida.
Siempre juré que yo no caería en errores de jóvenes inocentes.

Pero lo conocí a el.

Tenía 24, era rockero, bastante desaliñado. Tenía todo lo que nunca me había gustado en un hombre... Pero a mi no me importaba eso, me importaba el.

Tenía cierta complicidad con la libertad y paz interior con la vida, una sonrisa inocente que podía derretir hasta al corazón más frío... Hasta el mío.

Una manera de mover sus ojos y hacer tu corazón palpitar cual mil caballos de fuerza.

Su voz eran dulces cántaros angelicales. Una lluvia de placer auditivo. Y no diré que lo amé... No se puede amar a alguien en menos de dos semanas.

Eso fue justo lo que duramos. Dos semanas.

Dos semanas en las que sin ser nada, lo fuimos todo. Fuimos todo lo que siempre tuve miedo de ser.

Estuvimos juntos. Nunca creí que podría hacerlo tan pronto, y siendo prácticamente una primera vez, nunca supe que el sexo se podía disfrutar tanto.

Fui la culpa que todos pueden dar, fui quien accionó rápido a deseos del cuerpo. Estaba ilusionada, estaba flechada y creyendo en que podíamos tener una historia de amor.

Yo quería estar junto a el en esta "historia de amor"
Pero no era así. No podía ser así...

Luego de esa larga y pasionaria noche, aquel hombre desaliñado que me hizo ver villas y castillos... Se había ido. Se había ido y obviamente no quería volver.

Se fue siendo dulce y aún así yo sabía que no volvería.

Le escribí...

Lo llamé...

Lo busqué...

Pero a ese hombre se lo había tragado la tierra.

Era un hombre de aquellos que llaman "hombres de noches pasajeras".

Era de aquellos hombres que buscan tener una noche sexual y después partir. Esfumarse cómo una noche de un rápido verano. Huir del amor y relaciones cual nerviosismo contra el compromiso o sentimiento de amor real.

Hombre de noches pasajeras que había roto mi corazón.

Ese hombre no me había enamorado por completo, pero había logrado inyectarme amor en unos pocos días.

Hombre de noches pasajeras había partido para no volver, aún así... Dejando su olor impregnado en mi.

Y sin saber que pasaría con el, conmigo. O con un nosotros efímero...

No puedo odiarlo

No puedo sentir rencor.

Sólo puedo recordarlo y culparme por ser una idiota.

Sólo no me escogió como la mujer de su vida.

Sólo no quiso una vida junto a mi.

Soy una idiota.

Una gran idiota que pasó una noche...

Con un hombre de noches pasajeras.

martes, 12 de enero de 2016

Mini Post: Dos suicidas generando vida.

El...

El era tan distinto al resto.

Era tan contrario al sistema.

Tan sencillo como complejo.

Nunca fue de ese tipo de hombres con una vida sencilla.

No tuvo una escapatoria fácil a todo lo que tuvo que vivir.

No fue alguien con una familia común.

No era alguien que se sintiese cómodo estando en casa.

El era un intento suicida, siempre intentó y quiso morir.

El no pudo, y a pesar de sus intentos, no pudo morir.

Y ella...

A Ella le gustaba tomar café amargo en la mañana.

Ella nunca sintió amor.

Ella solía ser neutra, también solía ser reservada.

Ella solía caminar sola por las calles.

Ella solía sentirse sola aún estando rodeada de miles.

Ella solía desear por las noches estar muerta.

Ella era distinta.

Ella también era una suicida que no pudo morir.

Ellos...

Ellos se conocieron y el chispazo fue instantáneo.

Ellos conocieron el amor a primera vista.

Ellos no sabían sus pasados suicidas.

Ellos sólo querían amarse.

Ellos sólo querían ser dos suicidas generando vida.